Dos meses con todos sus días hemos mantenido el
secreto. Queríamos recaudar dinero para "Una Escuela Solidaria",
destinado a la Ciudad de los Críos, en Mozambique. Así que nos pusimos hace ya
tiempo a hacer germinar semillas y enraizar esquejes de plantas.
Al principio fue un trabajo silencioso y privado,
que cada uno llevó a cabo en su casa. Para muchos fue una experiencia nueva ver
brotar tallos y hojas de las plantas incipientes. Cuando las plantas hicieron
caso de la primavera y crecieron, nuestro secreto salió a la luz, igual que
ellas, y en el patio nos dedicamos a trasplantar y a cuidar del fruto de
nuestro trabajo.
"¿Qué hacen estos de 1º E, ahí en el patio,
todos los recreos?", se preguntaban al vernos. Era aún nuestro secreto, y
lo que hacíamos era dar lo mejor de nosotros mismos.
Nos manchamos las manos de tierra.
Disfrutamos del placer de trabajar juntos.
Etiquetamos plantas y aprendimos a no etiquetar a las personas, entre otras
muchas cosas.
Ayer fue el gran día: desvelamos al fin nuestro
secreto, inaugurando el mercadillo de plantas para el Día de la Madre, que ha
continuado hoy y terminará mañana, con un éxito que nos tiene emocionados.
Hemos hecho turnos para que nadie en 1º E se quede sin vivir la experiencia de
la venta de plantas.
Estamos satisfechos y felices, y no queremos perder la ocasión de agradecer a Laura N. y al Centro Especial
de Empleo San Jorge su generosidad al proporcionarnos las macetas que
utilizamos en este proyecto.